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Regresa
con su filo
Ahoga
con su destreza
sigilosa
invisible
con el arma
de la amargura
con la intención
de la desdicha
¡Quién es!
Sino la condena
el agobio
la pena
¡Quién es!
Que siempre regresa
Quien como la angustia
siempre pesa
¡Quién es!
La hora última
¡de quien soy presa!
¿La primera hora?
¡Ahora!

1 comentario:

José A. García dijo...

Lo peor de saberse perseguido es no saber perseguido por quién.

Saludos,
J.