Atrapado en el lenguaje: el mejor secreto. Somos hasta los límites de nuestro lenguaje. O los límites mismos. (Sin nunca poder ir más allá y sentir que vamos). Somos las infinitas variaciones de las decisiones del ser. Que al decidir y dejarse fluir, porque no le queda más, es. Deviene en ser, deviene en sí mismo para morir.