Creo en la geometría. Una imposición del universo con sus reglas inmutables y que se desparrama en los espacios recordándonos un orden universal: patrones radicales del existir y no existir, del aparecer y desaparecer.
La geometría es mi paz, la sombra mi condena. La sombra es la paz, la geometría la condena. ¿Quién dibuja sino el cosmos, sino la luz celeste en donde se juega a los dados con los átomos de la realidad?
En el afuera incontrolable me busco. En el andar me busco. En el olvidar me encuentro. Las sombras momentáneamente olvidan recordar y eliminan al olvidar. La luz, empero, rescata los muertos, les deja respirar.
Hay una lucha entre la luz y la sombra: su discurso es silencio: un silencio geométrico de patrones y triángulos, y líneas y grietas: y el sol. Que todo define y que hoy me calla.