Sienta bien el agua fría.
Llega apenas la cachetada.
Puñal que nadie espera.
Disparo que nadie llama.
Parece hora de la brujería.
Parece la fortuna atada.
Es la hora de la balacera.
La era-eterna del drama.
Jodidos, en eterna cacería.
Recibiendo golpe y patada.
Ahogados en la pecera.
Perdidos en el crucigrama
Aveces, claro, hay alegrías.
Y lo malo resulta tontada.
Lo vemos cual zoncera.
Avivando así nuestra llama.
Pues si falla la puntería.
O se emborracha el hada.
A poner mecha en cera.
O reiniciar el programa.
Mientras tanto, la pijama
Mientras tanto, buscar cama.
(Previo: encender la rama)