32


Los años son hoy 32.
Y tengo sólo mi propia voz.
Celebración que llega con miedo.
(Soy cuerpo perdido en este enredo)
Fiesta de lágrimas con angustia.
Dolor, paranoia, angustia, angustia...
¿Sin tiempo ya para la gloria?
Arrastro entonces la trayectoria
y pesa, como el iridio, mi memoria.
Los años son hoy 32.
¡Pienso en mí y te pienso a vos!
Abismo que parece más cercano.
Camino filoso que es en vano...
Abismo que se acerca paso a paso.
Es que eterno es el susto del fracaso
e infinito el pánico al ocaso.
Todo pareció ser, todo parecía...
Pero hoy...
Todo se arrastra. Todo se empuja.
¡Se cierran heridas con hilo y aguja!
Somos, soy...
Potencial muerte: de un disparo.
Quiebra venidera: el desamparo.
Visión borrosa de horizonte raro.
Los años son hoy 32.
Respiro a medias (entre tragedias)
y me acosa la tos.

Crío


No respiro, no hablo, no vivo.
Trabajo. Me empujo. Me afano.
No respiro, no hablo, no sonrío.
Agotado el cuerpo.
Cercenado el deseo.
Mutilado el futuro.
No respiro, no hablo, no escribo.
Canto de tu voz.
Muerto de tu cuerda.
Cuelgo mi cuello
en la presencia de tu ausencia.
No respiro, no hablo, no sonrío.
Muerdo mi yo-ya muerto.
Nada ya, todo antes y muerto.
Respiro y no respiro.
No te miro, no me sonrío.
No respiro, no hablo, no vivo.

Paso con chaso.


¿Qué es eso aquello que gusta? ¿Qué eso aquello que conmueve?
El alma a un algo aveces se mueve. A él se dirige y se sumerge.
Hay una fijación que nace y hay un punto universal clavado.
Una conexión de pares, un enlace de equilibrio y conveniencia.
Hundido en la dicha de su ejecución,
menos se rehace a sí mismo entre más se hace.
Las gotas entonces se agotan y lo absracto resulta incluso escaso.
Nos ata su final lento y doloroso.
La vela al fin de la cera acata.
Ansioso el cuerpo se amarra al laso.

92274

El mundo parece que se acaba
todos los días.
La vida parece que se inicia
todos los días.
La desgracia amanece.
La lágrima no se acuesta.
Todos los días
mi cuello cuelga.
Mi sangre inunda.
El sifón de la dicha.

Alcoholismo

Un-otro abismo.
El mismo...
Un-otro grito.
Los ojos fritos.
Las manos al fuego.
Otro va: y me pego.
Muerta la lengua.
Sudor,
no pudor.
Sudor sin tregua.
Con mi yo ya ciego.
El Ciego de mi ego.
Con el drama diario.
Y hasta el sudario.
El yo-ya fatalismo.
Un-otro abismo.
El mismo...