Ya llegas
y yo estoy
Ya vienes
¡No me voy!
Cuántas felicidades son
las de tenerte
Cuántas tristezas
-que ya no son-
las de extrañarte
Ay por la dicha
y el sueño
de cuando durmamos
y soñemos la vida
¡despiertos!
en el café
viviendo el agua:
saboreando la noche
(y tus mañanas)
nocturnas ellas
Siempre tranquilas.