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Se callan
Se callan
Las horas tristes
Se alzan
Los cuartos vacíos
Se agitan
las mareas frías
y la sangre aún viva
que tibia hoy muere
en la espera
de quien ya no viene
Se calla
Se calla
Una boca
que nunca dijo
la final palabra
la última saliva
el destino oculto
la despedida

cfebji

Mi poesía es nostálgica. Mi poesía habla de lo triste. Está anclada en los abismos, en la oscuridad, en el ahogamiento invisible. Mis versos están en la sombra. Se esconden en donde quisiera yo esconderme, en donde quisiera temporalmente no ser, como parece que no son las cosas que ahí se esconden. ¿Qué son los objetos cuando no está la luz que los describe? Cuando huyen y se esfuman, no son.  

Creo en la geometría. Una imposición del universo con sus reglas inmutables y que se desparrama en los espacios recordándonos un orden universal: patrones radicales del existir y no existir, del aparecer y desaparecer. 

La geometría es mi paz, la sombra mi condena. La sombra es la paz, la geometría la condena. ¿Quién dibuja sino el cosmos, sino la luz celeste en donde se juega a los dados con los átomos de la realidad?

En el afuera incontrolable me busco. En el andar me busco. En el olvidar me encuentro. Las sombras momentáneamente olvidan recordar y eliminan al olvidar. La luz, empero, rescata los muertos, les deja respirar. 

Hay una lucha entre la luz y la sombra: su discurso es silencio: un silencio geométrico de patrones y triángulos, y líneas y grietas: y el sol. Que todo define y que hoy me calla.  

Inbuscables búsquedas

Estuvimos conversando sobre otras posibilidades más allá de ser enterrado o cremado, así que se me ocurrió recurrir a San Google y consultar. Escribí "¿qué hacer con un cadáver?" y, apenas estuve a punto de dar enter, pensé que quizás, como colombiano en Colombia, no era la búsqueda más conveniente y que iba a resultar teniendo a la policía muy temprano en la mañana justo el día que puedo dormir hasta más tarde, preguntándome vainas raras con palas listas para quitar las baldosas del piso, que tanto cuestan hoy en día. Cosas de la internet. Finalmente, no decidimos nada y dejamos la conversación ahí no más: enterrada.

Los 1000

Mi blog Mista Vilteka, justo hoy, suma 1.000 entradas. ¡Mil!

Lo empecé por allá en 2008 empleando textos que ya tenía en otras partes y formatos. Conforme pasó el tiempo, fue adquiriendo vida propia, permitiéndome explorar diversos modos de expresarme. Mi sensanción es que la primera frase me llega completa, casi como por inspiración mística, como si yo fuese un medio de quien realmente escribe. Y es sobre esa frase que construyo lo demás: el tono, el ritmo y la forma.

Aún no logro explicar bien cómo es que todo el proceso sucede, pero sé que sucede. Sé que la necesidad de escribir se me atraviesa y gobierna todo y que debo sentarme y escribir y escribir y escribir para poder continuar con la vida y su logística.

Escribir, según mis memorias, lo hago desde niño y este blog me permite navegarme: mis cambios de estilo, mi aprendizaje sobre la ortografía, la redacción y la gramática; especialmente, sobre la dinámica de mis intereses y de mis sentimientos. Soy el mismo y no lo soy.

La cosa va así:

Más de 500 poemas
Más de 50 cuentos
Más de 50 textos documentando mi vida
Más de 300 frases comentando todo y el todo
Más de 35 pequeños ensayos

Quizás sea un motivo para celebrar. Quizás. De todos modos, la falta de motivo, la duda de si hay motivo y tener un motivo, es (¿son?) un motivo suficiente para celebrar. Quién dijo miedo.

Así que ahí voy a-por otros mil.

Como para mantener la cifra: gracias mil a las letras, a los versos, a la conjugación maravillosa de poder ser lo que siento que soy a través de la estructura mágica de los idiomas.

Y gracias dos mil a quienes me leen. Me honra profundamente.

MV


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Navega
en las aguas del tiempo
en las sombras vírgenes
en las selvas pobladas
de un gris eterno
Cruza
los desiertos sedientos
las aguas marchitas
lo eterno
Es en

Invisible
Intangible
Callado
Sólo espejo

5

Surgen las pieles que cubren las selvas, surgen las aguas que gobiernan la vida. Flotan las maderas vivas, las maderas esculpidas. Flotan los cuerpos que el horizonte respiran.

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Regresa
con su filo
Ahoga
con su destreza
sigilosa
invisible
con el arma
de la amargura
con la intención
de la desdicha
¡Quién es!
Sino la condena
el agobio
la pena
¡Quién es!
Que siempre regresa
Quien como la angustia
siempre pesa
¡Quién es!
La hora última
¡de quien soy presa!
¿La primera hora?
¡Ahora!