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En esta sombra que nos somos, no somos
En esta dicha serena que nos habla, nos calla 
Con el silencio del viento frío en las ventanas, nos calla y nos embriaga
con la nostalgia de la noche que espera la luz y la alborada 
y flotamos como los días y las hojas, 
como las notas frescas de cada mañana 
con el abrigo del sueño y del suspiro
porque nunca has estado tanto como cada segundo cuando no estás y no te veo 
y te veo con la sangre que te espera y cada abrazo intangible donde nada es sino tu corazón
y este río que nos lleva y estos mares que nos diluyen 
hacia el universo incesante del olvido que ya es feliz
esperanza sin nombre que todo deja 
que evapora las lágrimas a cada paso 
y en cada latido y en todo latido 
y en ti 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre admiré tu tono, tu cadencia nostálgica para el relato. El des/amor que se palpa (no me malinterpretes, no digo amor de pareja), tal vez un alejamiento sumado al alma de poeta que vive en vos hace un cóctel ideal para estos profundos e introspectivos textos.
Abrazo amigo!
Etienne de Ciudad Visible (desde PC ajena)