Suman y suman y hoy son 37
Nunca me hice ningún tatuaje
Ni tampoco me puse un arete
No tengo para rockear pelaje
Y sale parece el primer juanete
Si bebo, me pego del retrete
Si corro, necesito mil masajes
Un día tuve como mil casetes
y hoy día no tengo ni carruaje
Pero eso no importa
¡Yo quiero mi torta!
Que la vida se acaba
Que la vida se “traba”
¡Que la vida es corta!
Un pequeño gran banquete
Un buen mesurado voltaje
No para ser el personaje
que amanece en el tapete
pero sí un par de sorbetes
que aviven el cool espionaje
¡Por qué no!
Yo que ando de viaje en viaje
alistando a toda hora el equipaje
aquí y allá de cohete en cohete
siempre empinado en un taburete
No quiero, ay ingeniero,
ponerle a las canas maquillaje
ni ir calculando porcentajes
¡Ni ir pagando ningún peaje!
La vida, pues sí, es bien salvaje
La vida, es cierto, es un visaje
Y justo cuando cumplo 37
con un envejecido birrete
sin ningún restante juguete
ya me quiero quitar el vendaje
quiero ver el Todo y su paisaje
¡Quiero partir y hacer el alunizaje!
Adiós al tiquete, adiós al torniquete
Adiós al lenguaje y su doblaje
Soy yo: pequeño y zoquete
Soy yo: ignorancia y bagaje
Ya que son los años 37
Pasado pesado
Atado y alado
Soy joven un día
Soy adulto este día
pronto un feliz vejete
Ayer 36, hoy 37.
2 comentarios:
Si en la balanza el platillo de los "nunca" pesa más que el de los "siempre", es que algo no estamos haciendo como se esperaría que lo hiciéramos.
Pero, ¿quién lo esperaría?
Y, lo más importante, ¿por qué?
Saludos,
J.
Siempre hay quien espera porque nunca hay quien llega.
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