Mi vida aveces me excede.
Mi sombra la carne oculta.
Y me voy yendo adrede
a pagar con sangre la multa
de ser ciudad y cemento,
de llevar a rastras el peso
de la multitud y su excremento,
de las ratas y los sabuesos.
Somos casas de rotas ventanas
sin visiones de horizonte verde,
nos han cortado a gritos la lana,
se ha roto la vieja porcelana,
y la boca hambrienta ya no muerde.
La vida todo cuerpo muerto excede.
Mientras sigue el filo de la muerte
pues siempre todo está primero inerte.
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