Todo lo que se atasca.
La semilla envenenada que la boca masca.
Todo eso que lento atravieza la garganta.
Un animal muerto, un río sucio como sucia la muerta planta.
Todo ese miedo y esa desdicha que sólo el silencio propio escucha.
Poca la luz, poca el agua, mientras que la desdicha es siempre mucha.
¿Nos queda acaso sólo la ficción de la sonrisa?
¿La espera remota de un fin que viene sin prisa?
Nada hay en el silbido de la brisa.
Nadie hay en la certeza de la casa.
Supura entre tanto sangre invisible.
Y se apaga la única brasa.
Todo es finalmente imposible.
El Todo se hace trizas.
Porque la Nada todo lo pisa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario