Finalmente llego a este cúmulo de percepciones y de vientos fuertes y aguas recias. En donde la sonrisa acompaña aveces la desdicha de tantos. La comida casi canta, casi la escucho cantar. La música, el ritmo, la danza. Las sombras que aún persisten en mi memoria son parte de este presente que ya mismo es mi memoria. De nuevo. Acá he dejado lo que de allá no pude traerme. Acá, simplemente acá. Es lo que es. Allá. Allá. Pero acá está no sólo mi casa sino la gente que vive en ella. Que me ha visto cosumir años. Consumir tristezas prematuras y postmaturas. Consumir sonrisas en la mesa de cuatro. En las dos sillas y el sofá para dos. El equipo.
En una noche como esta, en la mañana como la de hoy, en esta tarde faltaste siempre tú. Falta tu sonrisa, tu palabra, el cauce de tus sueños, la comida que cocinas. Mientras te sientas. Cuando me sonríes.
Qué felices son las llamadas cuando son atendidas...
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