El agua es la respuesta. El agua fue siempre la pregunta. Y el agua nos habla, y nos dice agua.
Viene con el agua.
Flotará.
Haré parte de las rémoras en algún barco hundido en los canales de Rotterdam, hará eco entre los vientos y las gaviotas que aspiran el agua, antes plancton y luego ballena. Llegará hasta donde llegan todas las miradas del alma. Y darán cuenta que en el agua que surca el tiempo, no hay más que una sola agua.
Que nos deshacemos como la harina en el agua.
Que la bebemos.
Para saciar su propia llamada, su llamada a sí misma.
Que desaparecemos.
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