Me decía aquella vez: me voy por este tercer punto. Y yo dije: ¿cuál? El que calla, el que mudo se queda, el que nada sabe, el que se esconde, el que teme. Y yo dije: ¿cuál? El que sonríe, el que llora y hasta el que agradece. Y yo dije: ¿cuál? Y me dijo: Este: ...
7 comentarios:
Excelente.
Me gusta como escribis, aunque en cada caso particular me quedo con ganas de saber que mas podria suceder si el texto continuara...
Saludos!
Siempre pareciera existir una vía alterna para cuando nos queremos esquivar, aunque también tengo mis dudas si no sucede lo mismo para cuando nos queremos encontrar.
Saludos,
Alejandro.
Probablemente este es uno de tus mejores, de que nos servira esto?, no sé... pero algo nos ha de servir...
Daniel, el texto me pide continuar. Yo no se lo permito. Aveces lo asfixio. Luego, claro, el maldito renace. Y aparece por ahí: balbuceando.
Gracias por pasar. Un caluroso saludo de un colombiano desde Alemania.
Alejandro, siempre hay una vía alterna y siempre no la hay. La vieja posibilidad de que la misma posibilidad no exista.
Saludos cordiales.
Camilo, yo lo metería en el saco de lo que ya se fue. Y lo que ya se fue tiene dos propósitos: uno, olvidarlo; dos, recordarlo.
Yo prefiero recordar que algún día lo olvidé.
Saludos y todas las gracias.
Es muy bueno. Es como un círculo abierto... quieres más y tienes que volver a leerlo una y otra vez, es genial Felipe.
Un fuerte abrazo
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