Tuvimos que inventarnos,
otra vez.
Ser,
otra vez.
Ver,
otra vez.
Tuvimos que crear para creer,
creer para crear,
una vida posible,
un futuro intangible,
en donde aún estemos
entre la arena tibia del verano,
mirando el mar,
siendo las olas y el viento,
respirando por última vez
este mundo que ya vivimos,
aceptando esto que se nos va.
Yo, que te acompaño
en un cuarto que no es nuestro.
Tú, que me acompañas en la eternidad.
La tierra nos separa,
también la lengua.
La fuerza nos separa,
también la piel.
Somos la diferencia,
un abismo,
un fin.
Somos un espejo sin reflejo,
la explicación infinita,
la duda del otro,
el miedo del otro.
Somos los abrazos,
nuestros pequeños bailes,
aquel silencio que abriga todo
cuando nos miramos,
aquel beso que es todo
cuando no nos besamos,
porque nos sostiene la magia,
la espera,
y el milagro.
¿Por qué sufres
cuerpo finito
infinito cuerpo
y yo sólo te veo?