Me recuerda el dolor del pasado

Me recuerda el dolor del pasado
Un grito que ya tuve
Una lágrima que ya cayó
Me recuerda el miedo del pasado
Un silencio que parecía eterno
Un futuro que parecía irremediable
y que asimismo llegó
Me recuerda la rabia y la desesperanza
La angustia por estas manos
que más no podían
que sangraban
que se hundían
Me recuerda el no poder mirar
y ser mirado sin parpadear
La vergüenza de haber caído
La pena de haber cedido
al cuerpo que no quería
a la piel que no era mía
a la compañía del abismo
De su realidad
Me recuerda
aquel remoto día
cuando nadie vino a casa
cuando nadie dijo nada
aquel cercano día
cuando aparecieron tarde
cuando desaparecieron temprano
Me recuerda mis memorias tristes
la vida entera
Me recuerda el hoy y el mañana
Me lo recuerdas tú
que no me hablas
Me lo recuerda tu soledad

La soledad que habita y nos habla

La soledad que habita y nos habla
El silencio que palpita y nos calla
con su verdad eterna y su sonido de reloj
con el silbido de la nada y los otros rostros
que nada entienden pues se gritan sin gestos
y nadie les escucha como no les escucho yo.
Cuánta soledad que la vida guarda,
cuánta vida que la soledad acaba
siendo ella misma su causa
y causando - inevitable - su perdición
Cuánta lucha siempre perdida
por la soledad que es la vida misma
por el dolor que es el cielo mismo
por un final que nunca llega
por un cuerpo ajeno que nunca escucha
que nunca habla y que no existe
como no existo yo
la soledad inunda la presencia verdadera
y sofoca el mundo de insomnio y de verdad
e la vida y la muerte
la soledad es el otro que no existe
soy yo que en nadie existo
la soledad es mi cuerpo
la soledad, infinita, invisible,
soy yo

El dejar

Normalmente, cuando uno pide un Uber o un Didi, a quien conduce una máquina, la aplicación en su celular, con voz amable pero fuerte, le indica, cuando se acerca el momento de llegar, que no olvide sus cosas y también le dice en sus propias palabras, cuando se ha llegado: "deja a Felipe en tal o cual sitio".

Ayer, que fui usuario, una vez llegué a mi destino. La aplicación falló, cortando la instrucción final a media marcha y entonces solo dijo una sentencia: "deja a Felipe...".

:/

No sabía que teníamos algo con el conductor ni que las cosas no habían funcionado. ¿Sería mi culpa? Apenas me había enterado yo sobre eso que nos unía, y ya su mejor amiga le aconsejaba dejarme. ¿Por qué? Así nomás, sacándome del carro. Me bajé preguntándome si debía sentirme con el corazón roto o pedir explicaciones porque no me las dieron. 

Una vez se fue y, recuperando las fuerzas, recordé que siempre hay otro Uber u otro Didi y mil ofertas más que puedo tomar. 

O bien, siempre puedo ser yo quien le deje... en alguna esquina, después de pagar.

Formas de miedo

El miedo
tiene formas de tiempo
de río estancado
de lago oscuro
el miedo es pensar lo venidero
lo ido
la puerta que golpean
y a quien no vemos
¡es el llamado silencioso del otro lado!
(el miedo es la vida)
es la dicha
es la esperanza
es no estar
el miedo es el agua
y cada vacío y cada átomo
la nada que a sí misma se mira
el todo que de sí mismo se llena
el cuerpo que duerme despierto
el alma que reposa dormida
el miedo es la vida
y la vida es reír poco
y es mucho llorar

O soy

Soy feliz con miedo
o estoy feliz
Va y viene con los días
con los cuerpos que hablan
con las bocas que callan
con los caminantes afuera
con el silencio adentro
va y viene con las horas
contigo y sin ti
Soy feliz con vacío
o estoy feliz
Tirita mi felicidad que llora
Titila mi felicidad que se apaga
Viene contigo que eres mi cuerpo
Se va sin ti y nadie soy
Se va con el grito vacío
del no saber tú qué eres
ni yo qué soy
Soy feliz con cansancio
o estoy feliz
pues me llevan las aguas
que no navego
las montañas que no encumbro
los vientos que no vuelo
los horizontes que no veo...
pero a ti te veo
pero te veo a ti
flotando universal
siendo cosmos y tierra
y soy feliz
eterno así me guardo
finito así me visto
y estoy feliz