Lo ito

(A Eti y JAG) 
Siempre he escrito.
Bueno, no siempre. Obvio.
Pero, digamos, a efectos del romance
que siempre he escrito
Ya
Antes
En esta vida
Seguro en todas
En todos los espacios espaciales
en todos los tiempos temporales
bajo el temporal que inunda
bajo el sol que cual rayo láser
quema las pieles de este pequeño yo
y las angustias de este gigante
en abstracto y metáfora
de este inmenso yo
que llora sus lágrimas invisibles
que sueña sus pesadillas imposibles
Siempre me he descrito
Escribo para describirme
Me esculpo en adjetivos
y adverbios de afán y de lugar
en sintaxis ocultas
en versos prohibidos
como los pasos prohibidos
para cuando el brandy hace su tarea
para cuando el whiskey hace lo suyo
para cuando son los humos 
para cuando son los paralelos y alternos 
El caso es que escrito está
esto que escribo, obvio, 
y lo que he escrito, obviedad,
y entre tanto y mi-tonto
el acumulado bloguístico
de más de una década
visitado por los mismos pocos
poquísimos pocos
por más de una década
y así y asá
me llega un comentario
así y asá
en plan comentólogo
en plan amistólogo
en plan nostalgólogo
que sí, que sí, es nostálgico, pues lógico,
pero que rime y cante es más crucialógico
y llega el muchacho, y llega el amigo
y comenta los años que ya son muchos
de vernos sin vernos
de leernos sin jamás habernos escuchado
de conocernos y jamás conocernos
como no se conoce a nadie
conociendo todo o ese todo
que son estas letras que soy el más soy
que son el más yo
Mudo y en teclas con la boca cerrada
atando caminos
con este ser que son dos ¡que son dos!
con estos seres mágicos
que leen mis lecturas
que continúan mis conjeturas
que me completan lejanos
en esta cercanía de saber que escribimos
y que siempre hemos escrito
en esta vida que compartimos
en todas las vidas que nos atan
como nos atan los universos
creados y que creamos
y que nos crean en destrucción 
Siempre hemos escrito
y al escribirnos, escritos existimos
y al existir, morimos en el vapor
de la vida, en la felicidad feliz
de una lengua de tiempos
de unas líneas de cielos abiertos
de tierras fértiles
y de no razón

2 comentarios:

Etienne dijo...

Hay momentos en que me da curiosidad, otras veces miedo y muchas más orgullo por el enorme honor que nos regalas a quien persistimos en a/mista/rnos y no ene/mista/rnos.
Siempre es una sorpresa descubrir la actualización en el feed, abrir un mundo que de metafórico tiene un montón y aún así se descubre la literalidad y una óptica originalísima, matizada por los cambios de escenarios geográficos y políticos y ambos mezclados también.
Nunca pensé en seguir por acá, no por lo que se lee, sino porque era pensable y natural volcarse a otras plataformas, a la otra realidad o tal vez la otra fantasía. Pero aquí estamos, subiendo letras e insistiendo en escribir, como en todas las vidas (previas y posteriores) hemos hecho y habremos de hacer.
Si ha de ser así, así sea.
Te dejo un abrazo enorme y por más décadas de prolíficas letras!
Salut!

José A. García dijo...

Yo no quisiera conocerme a mí mismo, soy un desastre. Pero no puedo evitarlo, llevo siéndolo demasiado tiempo. No tengo fotos mías en las redes asociales, y eso algunas veces preocupa, otras asusta. Escribo ficción y me aburre que como está escrito en primera persona del singular crean que son experiencias personales. No me molesta demostrar cuando algo me molesta.

Cada vez descubro que tolero un poco menos a la gente.
Nunca estoy a la altura de lo que se dice o se cree sobre mí, eso lo tengo bien en claro.

Por otro lado, gracias por tenerme en cuenta.

Nos leemos!
J.