ñoaf

Impulsados los cuerpos,
expulsadas las risas,
no son las sombras
ni las vías
sino las arañas
y las mesas.
Nunca somos más
como cuando
sufrimos la carne,
como cuando
dormimos las sobras.
Las vidas que son
las rocas,
el cemento
que son los ojos,
el acero
que es la saliva.