Creamos que no creemos que nos cremamos.

Yo creo que ellos creen que son mejores.
Y creo que ellos creen que nosotros creemos que son mejores.
Yo creo que nosotros creemos que lo que ellos creen...
es también lo que nosotros creemos.

No nos creamos.
Nos cremamos.
En el tiempo
nos cremamos.

Par sin par.

Te veo y me ves.
En esta noche y en esta vez.
Y.
Y...
me encuentro aún
mirando. Suspirando...aun.
Por el espejo que eres tú.
Tu forma, tu luz, tu todo tú. Tu...

Solo. Y si sólo
no estuviera...
Si vieras...
Y sí, lo ves.
Esta vez.

Si vieras, sí.
Si tan sólo...
Si tan solo
yo no estuviera. Si...


Partes partido, olvido.
Que te has perdido mas
no me has perdido.
No un poco.
No menos que mucho.
Ni menos ni más.
Jamás.
Que todo aquello que te doy y que te dé
no es sino una fugitiva sombra de
la sombra.
Del miedo que no se nombra.
Que el café se seca, que se evapora el té.
Que me bebo la lluvia de las salas y te
desplumo noche y te dejo sin alas.
El Oscuro. Él.
El miedo, el dolor, el...

Caminante.

Hay cosas.
Hay cosas de dos tipos.
Las que vemos.
Y las que escondemos para no ver.
Hay cosas.
Hay cosas que sólo se ven en la oscuridad.
En el miedo.
El tiempo, el silencio, la duda.
Sólo te miro cuando me refugio.
Y estás ahí: blanca.
Desgastada como una vela a medias.
Buscando el primer sonido.
El primer plato lleno.
El primer grito.
Entre mis oídos
y en en medio de mis ojos
y entre mis cuevas.

Bah.

Oh! I woe the wow.
Is it a he or is it a doe?
I wow the ancient woe.
Duh!
It is an it.
Oh yes, ow...
Huh?

Palak pa-mí.

Ya se fue. El río que se agita, ya se fue. Vuelve la luz que se posa en las lagunas. La brisa y sus silbidos de cuna. Huele a tierra húmeda todo el campo de este sueño bendito en donde estoy yo.

Y en donde estás tú.

Me callo y te escucho. Te sueño empedrando aceitunas y espinacas. Raspando arroces y plátanos. Festejando arepas y racimos.

Me callo y te veo. Te sigo entre murmullos y guiños. Entre pasos nocturnos y jugos que se beben y papas que se mastican.

Ahí. Adonde hemos llegado, llegaremos cuando volvamos: a este tiempo sin tiempo de donde ojalá nunca nos vayamos.

Son los mundos pequeñas canicas. Son los colores y las ollas y los vinos y todas las cervezas.

Es tu pedazo de humanidad enredado entre las cobijas. En mi pequeñez enroscada sobre tus costillas.

Toda esta noche. Y la mañana de mañana. Clara, como tu sonrisa.