Al acecho de un sorbete popocho.

Y ya llega el Ocho pues se fue el Siete.
Miedo me empieza a dar cuando se me borra el casete.
Y se me mezclan recuerdos de coloretes.
¡Me he levantado con ganas hoy de un filete!

Eso sí, sé que el motivo es, de hecho,
y hay que meterle pecho
pero sobretodo sacarle provecho,
el Martes que viene y llega con todo el peso de un ocho
que pudo celebrarse calmadamente en un Domingo de sancocho.
Fue sin embargo, baile, licor y clarinete.
Y unos resultaron de otros ser sus juguetes.
Y otros se hicieron muy amigos del retrete.
Las nostalgias, sin duda, me hacen algo viejo y chocho.
Sobretodo ahora que el más mínimo trasnocho
me deja cual pisoteado bizcocho.

No he quedado, claro está, insatisfecho
pero sí he quedado, oh vejez, desecho.
Así pues me he ido a mi cuarto derecho
y he pasado el día entero metido en mi lecho.
¡Cuánta falta me haces! Prefiero estar contigo estrecho
que celebrar sin ti. Ay dolor, ay despecho.
Hay tanto espacio ahora entre-nos, tanto trecho...