Alumbra la tarde.

Me he sentado en un aparente fotón. Qué lento como todo va pasando...

Ruedo.

Dormir, no puedo.
Se me ha atascado la noche
en la punta del dedo.
Y dejo a la sombra callada
el gancho del miedo.
Cambio de la solapa el broche
de lo que veo. Lo pierdo. Lo cedo.
De esta ya perdida balada.
De esta dicha pasajera, de este remedo.