30 años y 3 sonetos


Hoy Primero: mis primeros treinta años.
Momento que atestiguan es declive
de pelo y panza, de fuerza inclusive.
¿Hay hoy juventud ida por el caño?

¿‘Divino tesoro’? Divino engaño.
A dolores del cuerpo más proclive
es este hoy cazador y detective
de una bien tersa piel habida antaño.

He dicho tres veces 'hoy' porque duele
y duele tal vez aumentar la cuenta
que empuja sin quererlo cual pelele.

Cuento entonces ahora desde treinta
y el tiempo sigue y sigue, dele y dele,
empujando mi yo hasta los cuarenta.

Para continuar: algo moderado,
que de la depresión voy a la euforia,
y no hace falta ni un grito de gloria
ni hacer pensar que me quiero enterrado.

No hay en ningún momento nada dado:
viejo fracaso ni joven victoria,
la vida siempre es una trayectoria
y todo enfrente es un juego de dados.

Con los que a montones quiero, estar quiero,
no importa cuándo si nos coge vivos,
que nos coja, sí, encendiendo el caldero.

Estamos así en los años cautivos,
sin ver el camino al ser zapateros
de horizonte fecundo e ilusivo.

¿Me soy infeliz en este escalón?
¿Vendrá acaso algo que valga la pena?
Me soy feliz pues hay menos cadenas
y soy más yo con todo y resbalón.

Me iré, claro, a beberme hasta un galón
y a comer lo que una hambrienta ballena,
a esculcar lo que sobre en la alacena
y bailar con todos en el salón.

¡Quién dijo lágrimas y quién dolor!
Haber vivido es la mayor razón
para prender el fuego y dar calor.

¡Quién dijo incomodidad, picazón!
Si hay conmigo sobretodo valor.
¡Sobra aquí, señores, es corazón!