Al otro lado del charco


Era de noche.
Se levantó.
"No. No es la ciudad. Soy yo. Por mí es por el cual corre el frío y el humo negro. Es este yo el que sacia su sed con poca agua. Es la garganta que duele luego de salir a caminar. Es simplemente que no estás tú."

3 comentarios:

Etienne dijo...

La ciudad se vuelve eterna con tu ausencia. Camino infinitas cuadras, paseo por sus calles y me pierdo en sus escaleras, sin remedio.
Si no estás tu, la ciudad no se inmuta, soy yo el que sufre.

Esilleviana dijo...

jaja

conoces a alguien cercano a estas aguas?
(es una broma...).

siempre falta alguien.
bonitas palabras.

:)

Mista Vilteka dijo...

Esilleviana,Etienne,

mis queridos par de amigos,

no saben cuánto he querido estos días regocijarme un rato con la delicia de lo que uds escriben pero he estado como quien acaba de parir sixtillizos. Estuve por ahí en Quito, durante 6 días, en un proyecto súper interesante y he quedado enamorado de la gente y de la vida y de todo.

Sobretodo agradecido porque la incertidumbre juegue a mi favor y me ponga cerca gente tan inteligente y chévere y sobretodo buena.

En fin, quería agradecerles por pasar aveces a saludarme. Ojalá nos dé tiempo la geografía para ir por café y camino.

Un abrazo para ambos.

F.