La lengua

No sé por qué no me gusta que me gustes todo lo que me gustas. No sé por qué me gusta que no me guste que me gustes. Pero me gustas.

Ciertamente, tampoco sé por qué no me gusta lo que no me gusta pero lo cierto es que no me gusta como lo que me gusta.

Así, si me miras como me miras, pues así no me gusta porque no lo haces como me gusta. Por ello, no me gusta. Aunque, claro, tú me gustas.

Y así como la coliflor no me gusta, y no sé por qué no me gusta, no me mires así pues no me gusta como me gustan las lentejas con arroz.

La coliflor no me gusta tanto como no me gusta que me mires así, pero en la misma cantidad que me gustan las lentejas con arroz.

Al menos eso sé fuera de lo que me gusta y no me gusta.

Y saber me gusta: que sepa a lentejas y a lentejas con arroz.

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